Monsanto envenena y mata


Impacto - Por Camila Sago - "…Están libres de toda sospecha los gigantes del agronegocio mundial, esos aprendices de brujos que convierten los alimentos en bombas químicas de alta peligrosidad. - (E. Galeano)".


Monsanto es una empresa estadounidense que se dedica, actualmente, a la fabricación y producción de semillas transgénicas para el monocultivo. Pero, años atrás, Monsanto ha hecho experiencia en otros rubros, como por ejemplo: la fabricación de armas de destrucción masivas (bombas atómicas), producción de Agente Naranja (químico roseado por los EEUU a vietnamitas), producción de PBC (aceite altamente cancerígeno usado en transformadores), entre otros… Esta empresa monopoliza el 90% de la producción de semillas en el mundo, modificando genéticamente los alimentos que luego consumimos, sin pensar las consecuencias.

Las estadísticas entre el año 2009-2010 muestran que:
* La soja genéticamente modificada en la actualidad, constituye el 93-95% de la oferta de soja EE.UU.
* El maíz genéticamente modificado, constituye el 86% de la oferta de maíz de EE.UU.
* El algodón genéticamente modificado en la actualidad constituye el 93% de la oferta de algodón de los EE.UU.
La siembra y cosecha de este tipo de semillas, no permite el correcto uso de la tierra para cualquier otra cosecha. Actualmente, en nuestro país, sectores del gobierno nacional, del agronegocio y la empresa Monstanto están interesados en un nuevo proyecto de Ley de semillas, donde lo que se busca es la subordinación de las políticas nacionales a las exigencias de las transnacionales. Esto es un control monopólico ante el primer eslabón de la cadena de la producción de alimentos: las semillas. Dicho todo esto, presentados estos datos (recopilados de diversas fuentes), es posible imaginar esa subordinación a la cual numerosas organizaciones, personas en particular y diferentes sectores de la sociedad se refieren respecto a esta multinacional. Si Monsanto consigue instalarse en Argentina y en América Latina, ejercerá un dominio casi total de la producción de semillas privando a los pequeños y medianos productores el acceso a las mismas (debido a su excesivo costo, tanto económico como ecológico); por lo tanto sus tierras, quedarían bajo el dominio de la empresa, imposibilitadas y privadas de la libertad de comercializar, intercambiar, regenerar, sus propias semillas.
El pasado 3 de diciembre, en la ciudad de Córdoba se desarrolló otra de las numerosas marchas en contra de la empresa Monstanto. Es inexplicable ver, estar y observar a aquellas personas que encuentro a encuentro se reúnen
(bajo el lema “fuera Monsanto de Córdoba y América Latina) para defender NUESTRA TIERRA; para rechazar una empresa, un proyecto, un negocio que contamina, arrasa, enferma y mata; para impedir la instalación de dicha empresa en nuestro territorio y en nuestra América; para eliminar los agrotóxicos, trangénicos, el saqueo y defender lo que nos da la vida. Nuevamente, esta columna invita a la reflexión. Al compromiso. A darnos cuenta como pueblo que esta dominación, este negocio asqueroso no puede ser permitido bajo ningún concepto, bajo ninguna bandera, ni en este territorio ni en ninguno.

Comentarios